martes, 23 de abril de 2013

Desierto del Perú y Cordillera Blanca



El Desierto.

Entrando a Perú por Tumbes en el norte y mientras descendía por toda la costa, fui percibiendo un cambio total del ecosistema, un mar de arena, el aire caliente que casi te quema, viajando en un bus de esos viejos con las ventanas totalmente abiertas, el bamboleo de sus cortinas al aire y la gente dormida con sus frentes empapadas en sudor; totalmente aislados sobre una autopista infinita que se desvanecía entre los espejismos de uno de los desiertos más áridos del mundo. 


Desierto Peruano.

La costa peruana,  enriquecida por la corriente de Humboldt,  trae consigo abundante fauna marina  y      fuertes olas propicias para el surf.


Asombrado veía como en un territorio tan hostil aparecía una pequeña ramada con techo y paredes de paja, alguna cabra y un viejo con la mirada perdida en el horizonte y como en una acuarela, fundidos entre arenas, sombras y siluetas.

  Los últimos rayos de sol,  tiñen de naranja el sofocante desierto peruano.


                                       En el norte de Perú, en pleno desierto un pequeño estanque de agua contaminada.


El origen de este calcinante desierto es debido a varios factores  climáticos y geológicos: en primer lugar los grandes sistemas estables de alta presión, conocidos como anticiclones del Pacífico,  se mantienen junto a la costa, creando vientos alisios hacia el interior del continente que desplazan las tormentas; Por otra parte, la corriente de Humboldt transporta agua fría desde la Antártida hacia el norte a lo largo de la costa chilena y peruana, agua que enfría las brisas marinas del oeste, reduce la evaporación y crea una inversión térmica, impidiendo la formación de nubes grandes, productoras de lluvias.

   En las playas de Huanchaco,  las nubes encendidas y 
con el golpe de las olas, una imagen subreal. 



     Los pelicanos y aves de regata, esperan atentos los 
desperdicios arrojados por la flota pesquera de Mancora, al norte.

El último factor que contribuye a la formación del desierto es la cordillera de los Andes, que forma una barrera que impide el ingreso de las tormentas cargadas de humedad provenientes de la cuenca amazónica.


    Por la ruta Panamericana, atravesando el desierto Peruano.



       Los barrios periféricos de Trujillo,  enclavados entre las arenas de desierto.


Mientras pasaba por las ciudades de Piura, Chiclayo y Trujillo empecé a comprender un poco esa dinámica caótica y alborotada de la ciudad en medio del desierto, su gente lleva en su rostro la marca del clima y su territorio, se siente la pobreza, pero también la fuerza por sobreponerse y salir a delante; A pesar del árido entorno, la pesca es abundante y los pocos ríos que desde los andes vierten sus aguas al mar, permiten que de forma casi mágica aparezcan pequeños valles agrícolas tapizados de verde.

        Los muy populares mototaxi,  son uno de los principales medios de 
transporte, en toda la costa peruana. 


En un pequeño caserío en medio del desierto,  el ritmo lento y cotidiano. 

Ruinas de Chan Chan.

En cercanías a Trujillo, en un pintoresco poblado costero llamado Huanchaco fue mi primera parada, pues en sus cercanías se encontraba la ciudad de barro más grande del mundo, unas fascinantes ruinas de la cultura Chimú, declaradas por la unesco en 1986 como patrimonio cultural de la humanidad y conocidas con el nombre de Chan Chan.

         En un tradicional caballito de totora, un pescador evitando ser volcado, monta una ola al estilo antiguo,  heredado de la cultura Chan Chan.

Embarcaciones tradicionales de los pescadores de Huanchaco llamadas, Caballitos de totora.


Cuenta la leyenda que vino del mar, no se sabe de dónde, en una flota de balsas, con toda su corte y guerreros, llegó a la costa norte de lo que hoy es el Perú, en el valle de Moche y fundó un reino. Su nombre era Tacaynamo y fue el primer soberano de Chan Chan, la ciudad más importante de Chimú. Según el documento "Historia Anónima" escrita en 1604 por algún cronista español, que narra la fundación de Chan Chan y del reino de Chimor. 

     Monumento a los caballitos de totora, contrasta con las embarcaciones reales 
que hasta hoy, son usados por los pescadores tradicionales de Huanchaco.


         Atardecer en las playas de Huanchaco.



Según los Arqueólogos, tras la conquista Inca encabezada por Huayna Cápac, Chan Chan en un tiempo rival de Cusco, fue saqueada y destruida en el año 1470, se dice que contaban  con una enorme riqueza en oro y plata y cuando llegó Pizarro (1532) esta ciudad era sólo un pálido reflejo de su viejo esplendor, habitado por pocas personas de escasa importancia política y económica.


Decorado interior de las ruinas de Chan Chan.


         Peces como símbolo de abundancia decoran el zócalo
 interior de las ruinas de Chan Chan.


 Ahora son, imponentes ruinas que se yerguen entre el desierto y el mar, como vestigios de una muy aguerrida y enigmática civilización.

        Calle interior de la ciudad antigua de Chan Chan.




Cordillera Blanca.

Después de dejar a tras el vasto desierto Peruano, me dirigí hacia Huaraz, una pequeña ciudad enclavada en el corazón de los andes por donde se accede a las monumentales cumbres de Cordillera Blanca. Los deportes de aventura, en especial el trekking, el andinismo y la escalada, son por excelencia las actividades que mayor número de turistas atraen a esta región.

Paso de Yanashallash.


Por el sentido de mi viaje, decidí emprender una aventura más por el camino pre-incaico llamado Olleros – Chavín, el cual atraviesa perpendicularmente la cordillera Blanca y llega a su cota máxima en el paso de Yanashallash a 4.700 msnm, pasando entre los majestuosos glaciares de los picos  Uruashraju 5722m, Rurec 5700m, Huantsán 6395m y el Yanamarey 5237m. Para llegar finalmente a las legendarias ruinas de Chavín de Huantar, cultura mística y de gran importancia artística y religiosa, pues en ciertas fechas, se congregaba distintos pueblos  con fines ceremoniales y de adoración principalmente.

Camino preincaico Chavin de Huantar.


 Las sociedades preincaicas, tenían una red de senderos de a pie (culuncos) que enlazaban todo el territorio, por esto, el sistema vial andino no fue una obra exclusiva de los incas, Sobre estas huellas y con un mayor conocimiento técnico, estos construyeron los caminos como parte de la infraestructura militar, y luego los utilizaron para consolidar el poder político y administrativo en las cuatro regiones del Tahuantinsuyo.


  Cumbres de roca.

El primer día, Salí a las 6:00 Am de Huraz hasta un pequeño caserío llamado Olleros desde donde inicie mi camino, después de unos minutos me encontré a un niño que caminaba en la misma dirección y después de compartir unas palabras se ofreció a acompañarme hasta un poco más adelante donde me dio  indicaciones y ánimo para el camino. Unas horas después me encontré a una mujer que amarraba un  burro y le Pregunte por el camino Chavín, amablemente, me respondió que en unos minutos saldría hacia un pequeño valle llamado Sacracancha, por donde yo tendría que pasar en mi travesía. Lo curioso era que mientras yo llevaba mi gran maleta y unas botas de montaña, ella caminaba con un bebe a su espalda y unas inseguras chanclas de plástico, esta mujer fue la mejor guía que tuve en esta travesía, pero después de unas horas de caminar a su ritmo y encontrarme totalmente extenuado, tuve que agradecerle por la ayuda y dejarla continuar sola mientras me acostumbraba a la altura.



Maravillado por la imponencia de este lugar, cumbres nevadas enclavadas entre el cielos de azul profundo, y por todo el camino rocas de tamaño colosal, algunas retorcidas como si algún gigante  hubiera jugado con ellas, mostrando todo ese poder cataclismico del interior de la tierra, sus fuerzas y manifestaciones.




Recuerdo muy bien el momento en que llegue al paso Yanashallash a 4.700 msnm.  Pues en el momento que divise la cara opuesta de la cordillera, deslizándose suave e imponente, el cóndor de los andes; después de unas maniobras entre picos de hielo y roca desapareció entre la bruma, dejándome una profunda sensación de inmensidad. Creo que fue una combinación de factores, un sentimiento de plenitud absoluto y el sueño de ver estos gigantes al amanecer, me hicieron tomar la determinación de acampar entre las más grandes cumbres nevadas que jamás había visto en mi vida.




Realmente no sé qué tan inteligente fue mi decisión, pero 3 horas después de mi llegada, la carpa y todo el entorno estaba tapizado por una gruesa capa de nieve y a pesar de que aún faltaban un par de horas para el ocaso, la neblina impedía la visibilidad y moverme en esas condiciones en un lugar totalmente desconocido, podría ser fatal.  Después de unos minutos de  reflexión y de evaluar la difícil situación en la  que me encontraba, en total incertidumbre pero con la determinación de un guerrero, empecé a prepararme para la más dura y fría noche de toda mi vida.




No estoy seguro si pude dormir realmente pues toda la noche la pase moviéndome continuamente, untándome crema caliente y calentando agua que en termos, metía dentro del sleeping; mi más grande felicidad fue cuando vi los primeros rayo de sol, había pasado está muy dura prueba, ahora solo quería llegar a Chavín de Huantar donde me esperaba una deliciosa comida, una ducha con agua caliente y una cómoda cama, el problema era que aún estaba a mitad de camino.





Mi último día de camino fue de muchos contrastes pues mientras descendía empecé a encontrar unas pequeñas chositas dispersas, pero nuca vi a persona alguna, solo los perros guardianes que desde lo lejos salían a mi encuentro,  y no era precisamente a saludarme; Finalmente encontré a una mujer que hilaba una enorme mota de lana roja sentada sobre una roca y después de preguntarle por la ruta hacia las ruinas de chavín, me contesto en quechua de forma ofuscada, y sin entender absolutamente nada y más bien deduciendo por su tono hostil, comprendí que no era bienvenido y continúe mi camino, unos minutos más tarde encontré una niña que cuidaba unas ovejas y tras mi pregunta respondió, no español, no español, seguidamente saque unos caramelos de mi maleta para lo cual no necesitaba traducción y alegremente se acercó a recibir los dulces, finalmente con su mano me indico un camino diciendo Chavín de Huantar, Chavín de Huantar.



Ruinas Chavín de Huantar.

Los monumentos de Chavín están situados en las faldas orientales de la cordillera Blanca a 3185 metros de altitud, la magnificencia y majestad de Chavín es tal que su construcción era asignada a una «raza de gigantes» y no a hombres comunes. Registra esta explicación mítica Pedro Cieza de León (1553), al describir lo que ya en su tiempo eran ruina  abandonada por el hombre.



Chavín está constituido por diversos edificios piramidales, plazas que se asientan sobre una ladera aterrazada, portadas y escalinatas. Las construcciones piramidales albergan una red de pasajes y cámaras interiores, que en algunos casos aparecen superpuestos, historia y misterio que albergan estos recónditos vestigios, donde el visitante se sumergen entre el mágico mundo de un pueblo antiguo e increíblemente espiritual.


 
Cuando el cronista Vázquez de Espinosa visitó este sitio en 1616,para entonces ya ruinas de Chavín, los provincianos le informaron que en tiempos remotos, había sido un centro de culto y romería. Es por eso que concluye comparándolo con Roma o Jerusalén. Del mismo modo, Tello insistía en el carácter sagrado del templo  de Chavín.




Una característica particular está conformada por las piedras retratadas con figuras míticas en alto y bajo relieve, en su mayoría éstas, enchapaban los muros y decoraban los edificios y una de las plazas hundidas en el centro de este centro ceremonial; piedras esculpidas en forma de cabezas de fiera expresión iban empotradas en lo alto de los muros. En los pasajes interiores, reina penumbra total y perpetua a no ser por los haces de luz que penetran por los ductos o respiraderos, los cuales comunican con el exterior y renuevan el aire constantemente. Acaso por estos ductos se escuchaban las voces del oráculo de Chavín al que se refieren escritores tempranos.



Luz y oscuridad, día y noche, eran factores simbólicos representados en la arquitectura de Chavín. Y no sólo mediante sus espacios arquitectónicos dedicados al mundo exterior y al mundo interior o subterráneo, sino también en su iconografía donde se ve plasmada en los muchos monolitos que parece estar regida por las polaridades, si se considera que los seres sobrenaturales representados exhiben atributos de aves de rapiña y de felinos, que por su naturaleza, están vinculados al día y a la noche y respectivamente al varón y a la hembra.


La divinidad más representada por el pueblo Chavín, fue la de un ser híbrido, mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña,  podría ser la encarnación tardía del Felino Volador,  Illapa, el ser sobrenatural controlador de los fenómenos meteorológicos en los tiempos del Incaico; El mito de Qhoa, todavía vigente, señala que al irrumpir las tempestades un felino se desplaza por las nubes.





Una hipótesis interpretativa de lo figurado en este monolito (1968). Como lo sugiere el dibujo en que tratamos de presentar al personaje de perfil, la estela Raimondi figuraría a un ser sobrenatural de contornos humanos con boca atigrada y atributos ornitomorfos varios  garras en pies y manos, y probablemente alas con plumaje estilizado reducidas en un solo cuerpo al ser representadas de frente y en espacio alargado; irían expuestas, por lo tanto, encima de la cabeza, con el fin de poder ser visualizadas.














Incorporando elementos simbólicos en figuras de seres con atributos humanos y zoomorfos. El motivo iconográfico Chavín es la boca atigrada, representada con insistencia desmesurada tanto en monolitos y cerámicas como en objetos elaborados en diversos materiales. A este ser sobrenatural del panteón Chavín se le conoce  como piscoruna-pumapasimin, (hombre-ave con boca atigrada).



Las culturas son como los hombres. Envejecen y mueren. Y eso pasó con las que había en el valle del Santa y que, al parecer, habían perdido todo su empuje arrollador cuando el imperio de los incas llegó a esa zona. Eran los tiempos de conquista de Capac Yupanqui, no fueron fáciles. Muchos pueblos del de los Andes ofrecieron aguerrida resistencia. Según los estudios arqueológicos, algunos pueblos que no quisieron someterse al imperio incaico prefirieron emigrar en masa; En ese éxodo se encontraría el origen de algunas tribus selváticas. Se supone que los incas introdujeron el culto al sol, pues anteriormente se tributaba veneración a otros dioses, animales o cuerpos celestes que aparecían en la noche y en los cuales se encontraban toda su historia y  mitología. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario